La Renovación Carismática Católica es una corriente de gracia nacida en la Universidad de Duquesne en Pittsburgh, (Pennsylvania, EEUU) en febrero de 1967 durante un retiro universitario en el que los participantes pidieron el don del Espíritu Santo. En 2017 celebramos los 50 años de esta realidad que en sus diferentes manifestaciones ha impactado a cerca de 100 millones de católicos en todo el mundo en sus diferentes manifestaciones como grupos de oración, comunidades, etc. Al ser una realidad tan dinámica, pluriforme y sin fundadores es difícil de comprender al inicio pero después te engancha si es tu camino. A nivel internacional tenemos dos organizaciones de representación -que no de gobierno- en la Iglesia católica: el ICCRS (Internacional Catholic Charismatic Renewal Services) y la Fraternidad Católica de Comunidades. Cabe destacar que la espiritualidad carismática también tiene presencia en otras denominaciones cristianas lo que le da un papel importante en el ecumenismo.
¿Qué aporta Renovación Carismática Católica a la Iglesia?
Entre sus objetivos están: promover una conversión personal a Jesucristo, propiciar una apertura decisiva al Espíritu Santo, fomentar la recepción y el uso de los carismas, animar a la evangelización y al crecimiento progresivo en santidad. Además, la Renovación Carismática Católica supone una renovación de los sacramentos de iniciación cristiana: bautismo, confirmación y eucaristía. El Espíritu Santo es acogido de manera más profunda tanto a nivel personal como comunitario.
Describe en una palabra o en una frase que es lo que caracteriza a la Renovación Carismática Católica
La Renovación Carismática Católica es vivir un nuevo pentecostés personal dejando que el Espíritu Santo revolucione todo para dejar a Dios ser Dios.
Cada movimiento tiene unos puntos de encuentro regulares para vivir su carisma, ¿cuáles son los vuestros?
Todo comienza en un grupo de oración semanal abierto a todas las edades y condiciones que nace en las parroquias tras realizar un “Seminario de Vida en el Espíritu”. Son unas catequesis sobre el Espíritu Santo y sus carismas que terminan con la “Efusión del Espíritu”. Al formarse el grupo de oración, se practica la oración de alabanza y adoración acompañada de cantos, oraciones espontáneas abriendo el corazón a Dios, leyendo lecturas de la Biblia, compartiendo detalles de la vida ordinaria donde vemos a Dios obrar, etc. Todos los grupos de oración de una diócesis se reúnen algunas veces al año en una asamblea diocesana donde nos juntamos durante una jornada o un fin de semana acompañados en ocasiones por el obispo diocesano para rezar y formarnos juntos. Este mismo esquema se hace además por zonas geográficas y tiene su cumbre en la Asamblea Nacional que suele ser a principios del mes de julio en Madrid donde nos reunimos todo un fin de semana en un estadio o teatro donde recibimos formación de algún predicador internacional. Entre ellos han estado en este evento el predicador del Papa, el Padre Raniero Cantalamessa; Ralph Martin; Michelle Moran; etc.
Cada persona del grupo de oración con el tiempo puede recibir un carisma. Tras un discernimiento, las personas con el mismo carisma forman lo que se conoce como un ‘Ministerio’ dentro del grupo de oración. Los Ministerios tienen sus propios eventos a nivel diocesano y nacional para crecer en ese don y, por otro lado, organizan actividades para servir al resto de la Renovación Carismática Católica. Hay Ministerio de niños, jóvenes, intercesión, alabanza, etc. Siempre los encuentros, campamentos, retiros son abiertos a cualquier persona que quiera participar. La Renovación tiene su sentido de ser en servir al resto de la Iglesia, de hecho su finalidad es que llegue un día en que se renueve en el fuego del Espíritu Santo toda la Iglesia y su misión haya acabado.
¿Cuál es la forma de organizaros los jóvenes carismáticos?
A nivel nacional, en el puente de la Inmaculada de diciembre se celebra el Encuentro Nacional de Centinelas en Madrid donde se reúnen jóvenes de todas partes de España para convivir, formarse, alabar y evangelizar durante este encuentro. En verano, se ofrecen también campamentos para jóvenes y adolescentes, peregrinaciones, la JMJ, etc; también en Semana Santa se organizan ‘Pascuas’ para vivir con intensidad estos días y, por supuesto, la celebración de Pentecostés. Dentro de cada región existe un equipo de jóvenes que atiende a las necesidades de su zona geográfica y organizan los eventos que su región necesite. En la mía, la Zona Centro en la que se encuentra Madrid, este curso han comenzado dos actividades: ‘Watch & Pray’, unas adoraciones con el Santísimo para jóvenes los terceros viernes de mes; y ‘Rising teens’, los primeros domingos de mes por la tarde para adolescentes con oración-dinámicas-formación en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes y San Justino, cerca del metro Casa de Campo. Todos los jóvenes y adolescentes madrileños que leéis este blog de ‘Fearless’ estáis súper invitados y si no sois de Madrid, seguro que en nuestra web encontraréis algo cerca.
Desde cuándo conoces el Movimiento y en qué te ha cambiado.
De universitario participé alguna vez en encuentros o eventos carismáticos pero no me terminaban de convencer. Es más, recuerdo que en mi primera convivencia con jóvenes carismáticos ya el primer día por la mañana me rondaba la idea por la cabeza de hacer la maleta, irme a la estación de tren y volver a mi casa (Risas). Es una reacción inicial que a veces sucede ya que yo quería meter al Espíritu Santo en mi cabecita y no me entraba. Obviamente. No pasa nada, Él tiene sus tiempos. Años después, por razones de trabajo, viví en Roma y allí conocí la Comunità María que también es carismática. Ellos me ayudaron mucho a darle una vuelta a mi vida de fe y a descubrir quién era ese gran desconocido para mí que era el Espíritu Santo. Una figura clave que te rompe los esquemas y te despista pues el cristianismo no es hacer muchas cosas sino dejarse hacer por Dios. Sólo Él nos puede hacer santos, yo por mis fuerzas no puedo dejar de pecar ni llegar a ser santo. Al regresar a España acababa de empezar el grupo de oración Shalom en la parroquia Santa Mónica de Rivas-Urbanizaciones y empecé a ir. Desde entonces con ellos he crecido, he sanado heridas del pasado, he superado dificultades y también me formo con ellos para trabajar mejor, servir a los demás y colaborar con otros apostolados fuera de la Renovación Carismática Católica. Lo que más me ayuda es aprender a alabar a Dios, a darle gracias por todo lo que hace en mi vida y en la de los demás, a rezar en comunidad y hacerlo tal y como esté, de bajón y o de subidón. Y, otra cosa que me ha ayudado es lo que se cuidan las adoraciones al Santísimo que para mí son lo mejor de esta realidad.
Algo más que quieras decir
El Papa Francisco tuvo una curiosa experiencia con la Renovación Carismática Católica. Al principio, hace muchos años él tampoco entendía esta realidad y con el tiempo dijo que “se convirtió” y colaboraba con ellos en Buenos Aires (Argentina). Me gustaría compartir las palabras que dijo al respecto en la rueda de prensa en su vuelta de la JMJ de Río de Janeiro en el avión papal:
Pregunta del periodista: En Brasil la Iglesia católica está perdiendo fieles. ¿El movimiento Renovación Carismática es una posibilidad de evitar que los fieles se vayan a iglesias pentecostales?
Papa Francisco: “Es cierto lo que usted dice de la baja de fieles. Es cierto. Hemos hablado con los obispos brasileños del problema en una reunión que hemos tenido ayer.Usted preguntaba sobre el movimiento de la Renovación Carismática. Pero les digo algo, a fines del 70, inicios 80, yo no los podía ver. Una vez, hablando de ellos, había dicho esta frase: «estos confunden una celebración litúrgica con una escola de samba». ¡Eso había dicho! Me arrepentí. Después conocí mejor, es verdad que el movimiento tiene buenos asesores y ha ido en un buen camino. Ahora creo que este movimiento hace mucho bien a la Iglesia, vive en la Iglesia. En Buenos Aires me reunía a menudo y una vez por año hacía una misa con todos ellos en la Catedral. Pero los he favorecido, me convertí, he visto el bien que hacían. Porque en este momento de la Iglesia y amplío un poco la respuesta, creo que los movimientos son necesarios. Los movimientos son una gracia del Espíritu. ¿Pero como se puede sostener un movimiento que es tan libre? ¡Es que la Iglesia es libre! El Espíritu Santo hace lo que quiere, después él hace el trabajo de la armonía. Pero creo que los movimientos son una gracia, esos movimientos que tienen el Espíritu de la Iglesia. Por eso creo que el movimiento de Renovación Carismática no sólo sirve para evitar que algunos pasen a los pentecostales, sino que sirven a la Iglesia misma, que se renueva. Cada uno busca el movimiento según su carisma, donde lo lleva el Espíritu”.
Entrevista realizada por Sara Calonge@SaracalongegEstudiante de 3º de Humanidades y Periodismo